Transcribimos del diario del Pequeño Cottolengo milanés con fecha 13 de septiembre de 1938.
“Días atrás llegaba de Rusia una familia compuesta por la madre y varios hijos, entre los cuales uno de seis meses. La religiosa superiora dudaba entre aceptarla o no por falta de lugar y también porque no se sentía segura de aceptar a un lactante que, por el hecho de dormir en una habitación común, por la noche molestaría a las asistidas”.
Interviene Don Orione: “¿Tendría el coraje de decirle que no a la Virgen con el Niño Jesús? Ponga camas en el locutorio, en la iglesia si es necesario; ¡pero no les cierre la puerta a mujeres indefensas, alejadas de la patria y a niños inocentes!”.
Al verla titubear, se dirigió a un sacerdote suyo y le dijo: “Si verdaderamente no hay lugar, transporten provisoriamente el Santísimo Sacramento a la sacristía, y pongan unas camas en la iglesia”.
“La superiora se ocupó y puso a algunas asistidas sanas en el corredor y ubicó en una habitación a esa mamá rusa con sus hijos”.
SI FUERA ASÍ, HOY DÍA,¡¡ QUE HERMOSO SERÍA!!!! ¡A IMITAR!!!!
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