Mons. Cortesi, entonces Nuncio Apostólico en Argentina, no conocía mucho a Don Orione, incluso pensaba que podia ser uno de esos curas que venia a "hacerse la América". Pero hubo algo que lo hizo cambiar su idea y descubrir que Don Orione era un hombre de Dios. Este es el testimonio de lo que el P. Luigi Piccardo escucho del Mons. Cortesi.
Recuerdo
que el Nuncio Apostólico en Argentina, Mons. Cortesi, viniendo a Italia quería
pasar por Venecia, deseando ver nuestras casas en aquella ciudad.
Entreteniéndonos en un coloquio y hablándonos de la caridad de Don Orione, nos
contaba que después del Congreso Eucarístico, en una audiencia, Don Orione le
planteo la oportunidad de abrir una obra benéfica como recuerdo del Congreso.
El Nuncio, antes de concederlo, le dijo que lo pensaría.
P. Luigi Piccardo |
Algunos días después,
el Nuncio recibe un mensaje del Santo Padre donde le aconsejaba de abrir una
obra de caridad. El Nuncio acordándose de la propuesta hecha por Don Orione, lo
invito a reunirse con él, pero Don Orione no fue enseguida. Entonces el Nuncio fue
él mismo a ver a Don Orione, porque, dada la fallida reunión, sospecho que este
fuese tal vez uno de los curas que venían a América en busca de fortuna. Se lo
encontró en pantuflas, sin zapatos, ya que los había mandado a arreglar. Por
ello, Don Orione le pidió que lo disculpe, por no haber acogido en seguida la
invitación hecha.
Mons. Cortesi en Polonia |
En la habitación de Don Orione, el Nuncio vio un pobre viejo,
mal vestido y, ante la pregunta del Nuncio sobre quién era, Don Orione le
respondió que hacía unos días, habiendo salido de la casa, al volver por la
tarde, vio aquel pobre viejo agazapado en un rincón de la calle, se le acerco y
lo invito a ir con él. Le cedió su propia cama aquella tarde y luego se
preocupo de hacer que se recupere en una de sus casas.
Fuente: Sacra Congregatio Pro Causis
Sanctorum, Beatificationis
et canonizationis servi Dei Aloisii Orione sacerdotis professi fundatoris
Congregationis Filiorum Divinae Providentiae et Parvarum Sororum Missionariarum
a caritate. Positio super virtutibus, Roma, Postulazione della Piccola
Opera della Divina Provvidenza, 1976, 560.
Traduccion: P. Facundo Mela FDP
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