miércoles, 8 de agosto de 2012

El P. José Dutto: Un regalo de la Providencia


La primera referencia que tuve sobre el P. Dutto[1] fue que casó a mis abuelos en 1939, cuando era párroco en Pompeya. Entonces no entendía mucho quien era este sacerdote, pero me deba cuenta que había sido alguien importante por el modo que se hablaba de él.
El P. José Dutto, podemos decir, fue un regalo de la Providencia para la Congregación.
El 14 de Octubre de 1922 falleció el P. Julio Quadrotta[2], y durante la misa de exequias, Don Orione miró a dos sacerdotes diocesanos presentes, y con gran confianza le pidió a Dios que alguien tomase el lugar del sacerdote difunto: “Señor me has quitado al P. Quadrotta a quién necesitaba tanto. Dame en su lugar a uno de estos dos jóvenes sacerdotes”. Confiado en la Providencia, no volvió a Tortona esa noche.
Al día siguiente, el P. José Dutto, entonces vicario parroquial del Sagrado Corazón y uno de los dos sacerdotes a quienes Don Orione miró, fue a la colonia de San Antonio y para pedir la dirección de Don Orione, pues quería enviarle una carta pidiéndole consejo sobre su vocación misionera.
Para su sorpresa, no necesito pedir la dirección del Fundador, ya que el mismo Don Orione lo recibió paternalmente y lo invitó colaborar en su obra misionera, diciéndole que este  era el deseo de Dios. Lleno de dudas y un poco turbado, el P. Dutto hizo un retiro espiritual para discernir la voluntad de Dios, y el 4 de diciembre de ese año ingresó en la Congregación.
            Mientras se preparaba para ingresar, le escribió a Don Orione: “Si un día consigo ser parte de los Hijos de la Divina Providencia, le ruego desde ahora, ¡ayúdeme a ser santo! Si por cobarde inconstancia olvidara este propósito, recuérdemelo” (carta del 27 de octubre de 1922).
            Al poco tiempo de ingresar fue destinado a Argentina, llegando a este país el 5 de mayo de 1923. Ya en su nuevo destino, el P. Dutto será uno de los hombres de confianza del Fundador y unos de los pilares de la naciente presencia orionita. 

P. Carbone (predicador), Don Orione, P. Zanocchi, P. Dutto y P. Montagna.

 
El P. Enzo Giustozzi, con algo de picardía, solía contar que la “tradición oral” llamaba “el Sanedrín” al trío compuesto por los PP. Zanocchi, Di Salvatore y Dutto, a través de los cuales Don Orione dirigía la Obra en Argentina.
            El primer destino del P. Dutto será la Colonia de Marco Paz, donde sufrirá una terrible experiencia dado los problemas con las autoridades de la misma.
En marzo de 1924 será enviado a la parroquia “La Sagrada Familia” en el Puerto de Mar del Plata, donde desarrollará una increíble labor pastoral entre los pescadores.
A raíz de la invitación de un vecino y amigo del Véneto (Italia), visitará el actual barrio “San José”, y se ocupará del cuidado pastoral de dicha zona, dando comienzo al Oratorio “Santa Teresita”, base de lo que luego sería la parroquia “San José” de Mar del Plata.
Siendo párroco de “La Sagrada Familia”, invitará a los pescadores a dar gracias por la pesca abundante, dando así comienzo a la actual Fiesta Nacional de los Pescadores.
En el transcurso de los años, la comunidad marplatense le dedicará una de la calles del Puerto como prenda de gratitud y cariño.
Al volver Don Orione a la Argentina por segunda vez en 1934, el P. Dutto se trasladará a la casa de Carlos Pellegrini para colaborar con el Fundador.
En 1937, fue nombrado párroco de Pompeya, y en 1940, Superior Provincial, al ser elegido Vicario General al P. Zanocchi. 

Don Orione, Mons. Cortesi y el P. Dutto, en la actual Casa Provincial, 1935
 
            En el III° Capítulo General (1952) fue nombrado superior de la provincia de San Marciano (Norte de Italia), cargo que acepto con dolor, pues significaba dejar la Argentina. Desde 1955 hasta 1958, fue rector del Santuario de la Guardia de Tortona. Fue elegido Consejero General en el IV° Capitulo General (1958) y nombrado Procurador de la Congregación en el V° Capitulo General (1963).
            Durante sus últimos años en Italia, recordaba con mucho cariño sus casi treinta años en Argentina, al punto que algunos dicen que “lloraba penas argentinas” al encontrarse con algún misionero italiano de regreso.
Don Orione lo definió como un religioso óptimo, de gran piedad, inteligente, de vasta cultura y fervoroso.
Entre otras cosas, Don Orione le encomendó el cuidado del boletín de la Congregación en Argentina, pues decía el Fundador que el P. Dutto “escribe muy bien en castellano”[3]. Incluso el Instituto Argentino-Hispano, le otorgó un título académico en Octubre de 1966. Escribió también la biografía del P. Zanocchi, la historia de las actividades de los primeros hijos de Don Orione en el Chaco, y también tradujo diversos escritos de Don Orione.
Es recordado por su dedicación pastoral y amor al pueblo de Dios, así contaba mi abuela. Como también por su gran estatura, sus manos grandes, su carácter fuerte, y por haber sido un hombre de confianza del Fundador y un pilar de la naciente provincia Argentina.

P. Dutto (al centro) junto al Papa Pablo VI y el P. Zanatta



[1] P. José Dutto, de Boves (Cúneo, Italia), muerto en Cúneo el 22 de Octubre de 1967, a 76 años de edad, 42 de Profesión y 52 de Sacerdocio.
[2] P. Giulio Quadrotta, de Roma, muerto en Cuneo el 14 de Octubre de 1922, a 30 años de edad, 10 de profesión religiosa y 7 de sacerdocio.
[3] Carta a Sciaccaluga, Buenos Aires, 10 de Agosto de 1935. 

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