jueves, 19 de enero de 2012

“Yo tengo un lugar especial para ustedes: Payatas”


             El pasado 5 de Octubre, los Hijos de Don Orione de las Filipinas celebraron los 20 años de la llegada de los primeros misioneros. Una fiesta que solo se puede comprender mirando la historia.

El encuentro con el Cardenal Sin
            En febrero de 1991, los PP. Giuseppe Masiero, Angelo Mugnai y Oreste Ferrari se reunieron con el Card. Jaime Sin, arzobispo de Manila, quien sabiendo que querían trabajar en una zona pobre, les dijo: “¿quieren trabajar con los pobres? Yo tengo un lugar especial para ustedes: Payatas”. Visitando luego la zona que era una tierra verdaderamente orionita. Luego de aceptar esta nueva misión, se reunieron con algunos sacerdotes que trabajaban en Payatas y comenzaron los preparativos necesarios para la nueva misión.


El sueño comienza a hacerse realidad
Así el 5 de octubre de 1991, los primeros orionitas llegaron a Filipinas: el P. Luigi Piccoli, el P. Oreste Ferrari y dos laicos, acompañados del P. Angelo Mugnai; comenzando así un nuevo capítulo misionero de la Congragación. Su desafío: aprender el tagalog, conocer la cultura filipina y organizar la pastoral. Mientras tanto, la comunidad vivía en Fillinvest, un barrio vecino, ya que aun no había una casa para la comunidad.
El 12 de Enero de 1992, el Card. Sin creo la nueva parroquia “Mother of Divine Providence” asumiendo como primer párroco el P. Luigi Piccoli.


Una misión que crece y se fortalece
Luego de comenzar la actividad pastoral, el 12 de Julio de 1992, la comunidad se mudo a Payatas y en noviembre de ese mismo año comenzó la primera obra de caridad: un centro de día para niños de la capilla “Sagrada Familia”.


Los años siguientes, serán años de crecimiento y fortalecimiento, donde llegaron nuevos misioneros y se multiplicaran las actividades pastorales y asistenciales: el orfanato en Payatas, los primeros aspirantes filipinos, los comedores infantiles, el programa de ahorro, el Cottolengo Filipino, la comunidad de Montalban, el noviciado, los programas educativos, los dispensarios médicos, la llegada de las hermanas, la creación del PAOFI, la ordinación del primer sacerdote filipino e recientemente la tercera comunidad en Lucena.


El Futuro
            La fiesta también es un punto de llegada y de partida para la familia orionita de las  Filipinas. Un punto de llegada, porque podemos ver los frutos de veinte años de trabajo pastoral y asistencial. Una presencia que crece y que ya tiene un rostro, corazón y sentir Filipino. Y un punto de partida, ya que esta celebración nos lanza a continuar ofreciendo el carisma orionita al pueblo filipino. 


La Divina Providencia en su designio de amor le dio a los Hijos de Don Orione la posibilidad de realizar el sueño del Fundador, por eso pasalamatan natin ang Diyos sa Kanyang mga biyaya at mga pagpapala! (Demos gracias a Dios por las gracias y bendiciones!).



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