miércoles, 13 de mayo de 2015

“… parecía un campesino, pero era un santo…” El testimonio del Siervo de Dios, P. Etcheverry Boneo



El Siervo de Dios, Padre Luis María Etcheverry Boneo, conoció a Don Orione y quedo impactado por su santidad. Su testimonio




Don Orione es el fundador del Cottolengo de Claypole, acá, cerca de Buenos Aires y de muchos Cottolengos que hay en el país...

      Don Orione era un santo sacerdote italiano, viejito, chiquito, con el pelo cortado al rape; parecía un campesino, pero era un santo.

          A mí me tocó la suerte de una vez ayudarle Misa en Buenos Aires y otra vez ir a conversar con él en Roma. Entonces, uno le hacía una pregunta, una consulta y él decía: "lasciatemi pregare", "déjeme rezar". Levantaba primero los ojos al cielo, luego los cerraba y se quedaba un momentito hablando con Dios. Y uno tenía la impresión exacta de que este hombre estaba hablando muy íntimamente con Dios.

          En el acto lo dejaba a uno un instante allí, se pasaba totalmente del otro lado -dentro de él- y enseguida entonces daba la contestación después de consultarla con Dios. No había teatro, era el hombre más sincero, más auténtico, más simple.

            Rezar para él, hablar con Dios, era una cosa así, natural. Como si uno estuviera conversando con varias personas, dirige una palabra a uno, dirige al otro; él hablaba con uno y como ya lo tenía presente a Dios siempre dentro del alma, en un momento determinado se dedicaba sólo a Dios y después le contestaba a uno.

            Bueno, así tendríamos nosotros que hacer siempre. Porque la oración tiene que ser una cosa enormemente fácil, simple, espontánea, connatural.

(13 de agosto de 1967)




Un santo varón que yo tuve la gran suerte, la gran providencia de Dios de conocer, que era Don Orione -habrán oído hablar de él, fundador del Cottolengo en Claypole- Don Orione, contaba él, meditaba muchas veces con "I promesi spossi", "Los novios" de Manzoni, una célebre novela italiana - una novela muy buena donde hay un sentido de la providencia... Le servía de libro de texto a propósito de eso.

(Junio 1968)



...me he encontrado en mi vida con muchos o con varios directores espirituales; tal vez no recuerde de ellos ningún consejo concreto tanto como una palabra que me dijo Don Orione una vez que fui a consultarlo. Yo iba pensando que Don Orione era Don Orione, natural, el hombre que tenía fama de santo, de ser el santo más importante que caminaba sobre la tierra en ese momento, entonces, me acuerdo... cómo no! Le pesqué los gestos, las palabras, y además vinculé una cantidad de cosas que hay que vincular. ¿Y por qué? Porque Don Orione me inspiraba un respeto, una veneración mucho más grande que otros...

(Agosto 1969)






Fuente: Archivo Servidoras (ASER)


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