miércoles, 22 de marzo de 2017

¡Estudia a la luz de Dios!



Carta a un joven para agradecer le su colaboración escribiendo en varios boletines de la Congregación. Don Orione aprovecha esto para hacer reflexionar al joven, intelectualmente dotado, sobre la importancia del estudio. Pero también sobre las motivaciones que nos impulsan a estudiar: ¿vanidad humana o deseos de amar mejor a Dios y servir lo en los hermanos pobres?
En fin, es necesario hacer todo a la luz de Dios, también el estudio: “¡Estudia a la luz de Dios!”

Tortona, 9 de junio de 1932

Querido Franco:

He recibido con agrado tu carta, discúlpame la tardanza.
Acepto con gusto y con alegría, tu ofrecimiento de escribir para nuestros Boletines Religiosos, envíame todo aquí que yo luego lo distribuiré según los temas y te haré llegar también la copia de los diversos periódicos, así podrás organizarte mejor.
¡Y rezaré por ti!


Rezaré para que Jesús te conserve el corazón puro y siempre unido a Él y te dé una piedad sólida y fervorosa, alimentada con el espíritu de oración y con santas lecturas.
Presta atención para que los estudios no realcen tanto la mente y aridezcan tu corazón.
También San Francisco escribía más o menos así a San Antonio, si bien él estudiaba más que otra cosa, la Biblia.
Estudia para conocer a Dios y poder amarlo mejor, para conocer las necesidades del prójimo y así un día poder ayudarlo mejor.
Toda ciencia humana es hueca y vana, si no la invade el amor de Dios y de los hermanos.
Querido Franco: ¡estudia a la luz de Dios!

Te acompaño y bendigo de todo corazón.
Tuyo, Don Orione






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