Durante el encuentro
internacional del Movimiento Juvenil Orionita, el P. Flavio compartía con los jóvenes
que les diría Don Orione a ellos, hoy. Un fragmento de la misma.
Frente a diversos temas,
problemas y situaciones, a menudo me viene la pregunta ya hecha: ¿Qué diría Don
Orione? ¿Qué haría Don Orione? He anotado algunas palabras, algunos mensajes de
Don Orione a los jóvenes de su tiempo y que ciertamente entraría en el diálogo
con los jóvenes de hoy.
1.
VIVIR JESÚS (al joven Biagio Marabotto, joven de grandes deseos, un joven de
Sanremo)
“Hemos de tener un corazón
grande y el corazón a nosotros nos lo debe formar Jesús, Jesús, hijo mío, te
recomiendo vivir y respirar a Jesús; sólo Jesús te puede formar un corazón
bueno y grande. Vistamos a Jesús, dentro y fuera, respiremos Jesús, vivamos a
Jesucristo”.
Es la primera cosa fundamental
que Don Orione nos dirá hoy todavía. Una experiencia de Jesús viva, concreta,
palpable, visible para todos.
Empezar por ahí: Conformaos a
Jesús que está en lo íntimo de vuestro corazón. Tomad el rostro de Jesús.
2.
DATE A JESÚS
Y NO TE ABURRIRÁS (a César
Pisano, un joven que perdió la vista a los 12 años, en el tunel de la
desolación, del sinsentido, de la rebelión)
“Por qué permanecer amargado y
enrabietado por aquello que no tienes. Date a Jesús y verás que no te aburrirás
nunca en la vida”.
El Señor nos arroja dentro de
la vida, en lo vivo de los acontecimientos; con él hay siempre novedad,
descubrimientos, nuevos desafíos.
La vida es vocación, es don,
es empresa... si se cuenta con el Señor de la vida.
3.
DIOS TE AMA
Y ESTÁ SIEMPRE CERCANO (a
Ignacio Silone, joven salvado de los escombros del terremoto del Abruzzo,
inquieto, rebelde y triste)
“En la vida tendrás momentos
en los que te sentirás solo y abandonado por todos. Pues bien, recuérdate que
Dios no está sólo en la iglesia y estará siempre cercano a ti”.
La soledad es una experiencia
que nos toca a todos. Apaga la luz de la vida, nos hace entrar en la apatía y
en el narcisismo loco y triste.
Don Orione, hijo de la Divina
Providencia, nos invita a reconocer esta compañía tenaz y benéfica de Dios.
Ricos de la compañía de Dios nos volvemos capaces de dar compañía. La presencia
de Dios es el bien más precioso que podemos ofrecer en las relaciones con otros
jóvenes.
4.
LA CARIDAD
ABRE LOS OJOS A LA FE (a un
grupo de jóvenes universitarios de Génova, Filiberto Guala, Ignacio Terzi)
“Mirad este Pequeño Cottolengo
lo he hecho para estos pobrecitos, para darles un techo, un pan, una ayuda a
sus condiciones de salud tan precarias. Pero más que nada lo he hecho y querido
para aquellos señores de allá, para que vean la Providencia de Dios y entiendan
la caridad”.
“La caridad abre los ojos de
la fe y calienta los corazones de amor hacia Dios”.
Un orionista conjuga siempre
fe y caridad, Evangelio y testimonio de la caridad, “obras de culto y obras
de caridad”.
“De palabras tenemos llenos
los bolsillos. Obras de caridad necesitamos y todos os creerán”.
Quien quiera de corazón abrir a la fe y a la esperanza a otros jóvenes que dé signos de caridad.
La actividad de un grupo juvenil orionista enlaza siempre reflexiones con experiencias de servicio y de caridad hacia los más pobres y más abandonados.
Quien quiera de corazón abrir a la fe y a la esperanza a otros jóvenes que dé signos de caridad.
La actividad de un grupo juvenil orionista enlaza siempre reflexiones con experiencias de servicio y de caridad hacia los más pobres y más abandonados.
5.
ESTAREMOS
ALEGRES JUNTOS (A Mario Ivaldi, el
primer muchacho expulsado del catecismo y encontrado por el clérigo Orione en
la catedral de Tortona)
“Ven, te daré yo un poco de
catecismo y estaremos alegres juntos. Y tráeme a otros barrabás como tú”.
Esta fue la aproximación de
Orione joven con un adolescente.
Nos enseña a hacernos los
prójimos a los jóvenes con alegría.
El gozo es el deseo más
profundo del alma. Estar contentos es la señal de que estamos en un camino
bello, verdadero, bueno, que estamos en el camino de Dios.
Un movimiento juvenil ha de
llevar este signo inequívoco de la presencia de Dios, la alegría.
6.
ESTAR EN EL
JUEGO DE DIOS (a Paolo
Marengo, un joven de gran capacidad, vivaz, que quería hacer de todo, que no
quería perder el tiempo en vanidades)
“Mira, no se hace nunca mucho,
si no cuando se hace mucho la voluntad de Dios. Hijo de la Divina Providencia
significa hijo de la obediencia. Estoy esperando a ver qué carta me juega el
Señor”.
Cuando se hace la voluntad de
Dios se construye sobre lo que es sólido y válido, sobre lo que tendrá futuro,
y no sobre apariencias, sobre vanidades, o sobre arena.
Estar en el juego de Dios,
abiertos a las dificultades y a las oportunidades que la vida presenta. Los
hechos son las palabras de Dios. El diálogo con Dios ocurre en los hechos, en
los hechos de la vida. Dios es Providencia, quiere sólo el bien de sus hijos.
“Estoy esperando a ver qué
carta me juega el Señor, no se hace nunca mucho si no cuando se hace mucho la
voluntad de Dios”.
7.
ESTÉN UNIDOS
EN EL SEÑOR (a jóvenes clérigos cohermanos
en Brasil)
“Hagan los locos cuanto
quieran, basta que se quieran en el Señor. Frater qui adiuvatur a fratre
quasi civitas firma… funes triplex. Qué bello es amar al Señor y
trabajar unidos y concordes en las manos de Dios y de la Santa Iglesia”.
Nuestra fuerza está en la
unidad en el Señor.
Nada hay más deseable que el
encuentro y la amistad, pero no es fácil hacer experiencia de comunión y de
amistad.
Que un grupo juvenil cristiano
y orionista ofrezca esta preciosa experiencia.
8.
CAMINA CON
LA IGLESIA Y CON EL PAPA (al
joven Andrea Alice, que después entró en la congregación)
“Besa hasta las comas de lo
que la Iglesia y el Papa han enseñado y recomendado. Quien ama al Papa ama a
Jesús. Quien sigue al Papa, sigue a Jesús. Sólo la Iglesia es segura para leer
las vías de la Divina Providencia”.
Es este un punto calificante y
específico del carisma de Don Orione: “un amor grande, encendido y filial al
Papa y a la Iglesia”.
Es una especial pasión y
sentimiento hacia la Iglesia; es un amor filial que no sólo obedece sino que
desea secundar también los deseos del Papa, de los obispos, de los pastores de
la Iglesia.
Los jóvenes orionistas están
llamados a ser un factor de cohesión y de comunión en la Iglesia. Esta devoción
fuerte y entusiasta, esta acción de unidad con la Iglesia tiene una motivación
de fe: “Quien sigue al Papa sigue a Jesús. Sólo la Iglesia es segura para
leer las vías de la Divina Providencia”.
Para leer la ponencia entera,
visita:
Excelente, sin dudas un mundomejor en Jesus insdpirado enla vida de nuestros santos. Gracias Padre por esta nota tan bella
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