El 25 de Enero de 2012, se cumplen 60 años de unos de los accidentes más trágicos que vivió la Congregación en Brasil: la muerte de dos misioneros en las aguas del rio Tocantins en Brasil.
En aquellos años, el Papa Pio XII le solicitó a la Congregación hacerse cargo de la misión de Goiás, una gran extensión de territorio en la región Centro Oeste del Brasil[1]. Un lugar donde la Obra Don Orione llevara a cabo la mayor epopeya misionera de su historia. Una epopeya que comenzará con una tragedia.
El 14 de Octubre de 1951, el P. Pensa, segundo sucesor de Don Orione, quien se encontraba haciendo la visita canónica en Latinoamérica; entregará el crucifijo del misionero al P. Egidio Adobati[2], el P. Andrés Alice[3] y el Hno. José Serra[4], en la entonces iglesia del Cottolengo de Claypole[5].
Este grupo de jóvenes misioneros[6] llegaron al Goiás la vigilia de Navidad, luego de 7 horas de vuelo y 6 días atravesando ríos en canoa. Aquella región era entonces una de las más pobres y menos desarrolladas del Brasil.
El 25 de Enero de 1952, a menos de un mes en Brasil, mientras se dirigían a la misión propiamente, tendrá lugar un trágico accidente; la canoa en la que viajaban por el río Tocantins, se dará vuelta a causa de las fuertes corrientes y morirán ahogados el Hno. Sierra y el P. Adobati. Siendo el P. Alice, el único sobreviviente de dicha tragedia.
Hno Jose Serra |
P. Egidio Adobati |
La terrible noticia recorrió entonces la Congregación entera. Fue un golpe mortal para la naciente misión del Goiás.
Pese al estupor y dolor de padre, el P. Pensa supo ver más allá y escribió en una carta para ser leída en todas las casas de la Congregación: “La misión sin embargo no se ha truncado”. Inmediatamente, el P. Pensa recibirá el ofrecimiento de algunos religiosos para partir a dicha misión, y no titubeará en enviar más misioneros quienes escribirán una de las páginas más gloriosas de la misiones orionistas.
El P. Alice, fallecido recientemente, supo sobreponerse a la muerte de sus compañeros, se quedará en Goiás donde sabrá ser pionero de la Congregación y verá crecer aquella planta sembrada con tanto dolor.
P. Alice |
El P. Pensa, al referirse al trágico suceso, escribirá: “las tumbas del P. Adobati y del Hermano Serra nos aseguran que el grano de trigo ha sido, como enseña Jesús, echado en la Misión Brasilera, la primera y desde hace poco confiado por la Santa Sede a la Congregación. Y aquella semilla según la divina promesa, dará frutos al céntuplo en el surco apenas abierto por estos hermanos generosos, para la salvación de innumerables almas, para mayor gloria de Dios e incremento exuberante y sin límite del movimiento misionero de la Pequeña Obra de la Divina Providencia”.
P. Pensa ante la tumba del P. Adobati |
En estas palabras del P. Pensa resonó la valiente “profecía misionera” que se va cumpliendo paso a paso en las diversas naciones que, a partir entonces, han abierto las puestas a la Obra Don Orione: en América, África, Asia, en el este de Europa y sigue…
“Les aseguro que si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto”. (Juan 12,24)
[1] La actual diócesis de Tocantins posee una superficie de 42.500 km2, siendo su territorio más grande que Suiza (41.277 km2).
[2] De Costa Scrina (Bergamo), muerto en Tocantinopolis (Goiás - Brasil) en 1952, a 35 años de edad, 15 de profesión religiosa y 10 de sacerdocio.
[3] De Stazzano (Alessandria, Italia), muerto en Bérgamo (Italia) en 2011, 97 años de edad, 70 de profesión religiosa y 73 de sacerdocio.
[4] De Bernezzo (Cuneo, Italia), muerto en Tocantinopolis (Goiás - Brasil) en 1952, a 29 años de edad y 10 de Profesión.
[5] Hoy, templo de la parroquia Sagrado Corazón.
[6] El P. Adobati tenía 35 años, el Hno. Serra 29 y el P. Alice 37.