El P. Omar Cadenini, superior
provincial, escribía recordando al Hno. Dante:
"La
noticia del fallecimiento del querido Hermano Dante Andrada, por un lado nos
conmueve y por otro, en parte es un final anunciado.
Me
encuentro terminando una semana de retiro espiritual junto a muchos religiosos
nuestros, y anoche hicimos un recuerdo de nuestro querido Hno. Dante y casi
como denominador común a todos nos venían imágenes de lo "buena persona
que era", siempre tenía una palabra de aliento, especialmente para los más
jóvenes, siempre nos preguntaba por nuestros familiares, se interesaba por
nuestra salud, por los estudios, etc.
Dedicó
mucho de su vida a los colegios, pero su corazón estaba en el Cottolengo de
Claypole, adonde llegó hace muchos años desde su Córdoba natal, habiendo dejado
el seminario diocesano de Córdoba, animado por su director espiritual a buscar
una congregación que se dedique a la asistencia por su delicadeza para con los
enfermos.
Siempre
alegre, entusiasta y me gustaría que lo recordásemos como alguien que "amo
mucho a la congregación" (con sus luces y sombras) a la cual dedico sus
mejores energías y servicios, incluso los más ocultos.
Agradezco
a la comunidad del Cottolengo de Claypole por los cuidados y la cercanía,
especialmente en estos últimos tiempos, como así también al personal que nos
acompaña.
Querido Hno. Dante, te despedimos
con dolor, pero seguros que el Sagrado Corazón de Jesús y Don Orione, te
reciben con los brazos abiertos en el paraíso".
Escribía el P. Flavio Peloso,
superior general, recordando al Hno. Dante:
"Recibí la noticia de la muerte de querido
Hno. Dante, en el avión a punto de viajar hacía Mozambique. Rápidamente eleve
una oración al Señor con afecto y reconocimiento hacia el Hno. Dante que por 51
años fue un servidor fiel, sobretodo en el mundo escolar y educativo.
Era una persona buena, positivo, fraterno, fiel en sus prácticas de piedad y a la vida comunitaria, dedicado y competente en el campo de la educación. De gran amor a la Congregaciones. Un bello ejemplo de hermano orionita dedicado a una actividad específica, pero siempre disponible a “hacer equipo” también en el campo pastoral.
Dios lo bendiga en su eterna presencia".