En
1937 fue la última visita de Don Orione al Santuario de Luján. Sobre dicha
visita, contamos con el testimonio del (+) P. Alvaro Garuffi, en
un reportaje hecho por el Sr. Ramón Meleros, en febrero de 1999 en la parroquia
“Nuestra Señora de la Guardia” (Victoria, Pcia. de Buenos Aires).
P. Garuffi: quiero contarle algo sobre un
viaje que hicimos a Luján junto a Don Orione.
Ramón Meleros: Adelante. Podemos seguir
P. G.: Íbamos a Luján y durante el viaje, nos cruzamos con un hombre. Don
Orione dijo al chofer que se detuviera y
luego agregó: “¡Eh, buen hombre!, venga para acá. ¿Quién es usted?”
-“Yo soy italiano”. –Dijo el caminante.
“Pues ellos” –y nos señaló a nosotros- “son calabreses”. Luego agregó:
“¿A dónde va? ¿Por qué hace una vida así?”
El era un linyera, un vagabundo.
“Soy linyera”, dijo, “ando de un lado para otro”.
“¿Y no conoce usted el Cottolengo?”
“Si, he sentido hablar de él pero...”
“Puede usted vivir allí”
Después de la oferta que le hizo, Don Orione insistió en que fuera al
Cottolengo, y luego seguimos nuestro camino.
Esta fue la anécdota que ocurrió en el camino. Luego llegamos al
Santuario de Luján. Cuando ya habíamos visitado el camarín de la Virgen y
estábamos preparándonos para salir, dos señoras mayores nos vieron y empezaron
a decir en voz alta: “¡Mirá es Don Bosco, es Don Bosco!” , y una de ellas
después se dio cuenta del error y dijo: “No es Don Bosco, es Don Orione”.
Nosotros quedamos un poco confundidos porque no sabíamos que Don Orione
pudiera ser ya tan conocido.
R.M.: Padre, ¿recuerda cuando ocurrió lo que me acaba de contar?
P. G.: creo que fue en 1937.
Después volvimos a Carlos Pellegrini y Don Orione nos mandó a los
jardines de Palermo para que conociéramos algunas zonas lindas de Buenos Aires.
“¡Vean que lindos jardines, llevan el nombre de la capital de Sicilia! Ustedes
vayan tranquilos, porque a esta hora no hay tanta gente.
Los jardines nos gustaron a todos. Vimos las piletas y los lagos. Nos
mandó que fuéramos ahí, para que viéramos en qué lugar nos encontrábamos. Era
como hace un padre con sus hijos cuando piensa que sus hijos pueden estar
aburridos o cansados. Siempre ejercía la paternidad. Siempre tenía en cuenta
que nosotros llevábamos muy poco tiempo aquí, y que nuestra tierra estaba muy
lejos. El sabía que estando “lejos” de la patria o de la casa y de la familia,
se sufre mucho. Quizá tuviera presente al linyera que habíamos visto en el
camino de Luján: Era un italiano, lejos de su casa, de su tierra y de su
familia; y además era pobre y estaba solo. Don Orione le había invitado a vivir
en la familia que él estaba formando en el Cottolengo.
Así era el corazón de Don Orione.
El P.
Garuffi, junto a otros siete misioneros, llego a la Argentina el 26 de abril de
1937, por lo cual este viaje a Luján debe ubicarse entre esa fecha y el 5 de
agosto de 1937, vísperas de la partida de Don Orione a Italia.