El Padre Pío y Don Orione no se conocieron nunca
personalmente. Sin embargo ambos dijeron conocerse. Cada uno sentía una
ilimitada estima por el otro... Don Orione, entre otras cosas, se ocupó
muchísimo ante la Santa Sede para que le fueran quitadas las famosas
restricciones a la libertad del padre capuchino.
Al respecto tenemos una interesante carta del orionita
P. Giuseppe Dutto el cual, respondiendo a una pregunta del padre capuchino
Carmelo da Sessano, que estuvo muy cerca del estigmatizado del Gargano, se
expresó así: “Satisfaciendo con gusto su deseo, pondré aquí por escrito lo
que he escuchado decir a Don Orione del Padre Pio de Pietrelcina. Estábamos en
Buenos Aires... En esos días habían prohibido varios libros que trataban del
Padre Pio y, si recuerdo bien, también habían prohibido visitarlo... Un día del
año 1936 o tal vez 1935 le pregunté a Don Orione a qué se debía esta
prohibición... y Don Orione, a media voz, como quien dice algo que debe ser
reservado, aunque cierto, dijo: “Es la sinagoga que continúa...”. Y
expresaba así su disconformidad con lo que sucedía.
En esa circunstancia le pregunté también a Don Orione
si conocía al Padre Pío. Don Orione respondió que no se habían visto nunca,
pero se conocían. No quiso dar otra explicación. Como ve, es muy poca cosa lo
que se dé la relación de Don Orione con el Padre Pío; pero sé que Don Orione
tenía una gran veneración por él y escuché también que el padre Pío tenía una
verdadera veneración por Don Orione.
Un abogado de Montevideo, un convertido ahora muy
fervoroso, hablando con el Padre Pío en San Giovanni Rotondo, dijo que conocía
a Don Orione (lo había visto en Montevideo, muchos años atrás) y entonces el
Padre Pío le dijo a ese abogado, refiriéndose a Don Orione: “¡Ese sí que es
un santo!... ¡Yo no soy ni siquiera digno de tocarle el borde del hábito!...”.
“Doy
fe de lo que he escrito, asegurando que corresponde a la verdad”. (Cfr.
Casa sollievo della sofferenza, San Giovanni Rotondo, a. 1993, Nº 13, pág. 11).
Fuente: Florecillas de Don Orione