Los inicios de la Casa Provincial
P. Facundo Mela fdp
En
junio de 1935, Don Orione tomaba posesión una casa ubicada en el centro de la
Ciudad de Buenos Aires, más específicamente en Carlos Pellegrini 1441. Allí, Don
Orione vivio y puso la sede de la Pequeña Obra de la Divina Providencia en
Sudamérica.
El
11 de febrero de 1922, Don Orione junto a los primeros misioneros italianos
tomaban posesión de la primera casa de la Congregación en la Argentina, en
Victoria (Pcia de Buenos Aires). Allí, Don Orione puso la sede de su Obra.
A su vuelta en
1934, Don Orione tenía que desplazarse, casi a diario, hasta la Ciudad de
Buenos Aires como a otros puntos del Gran Buenos Aires. Por lo que se vio, la necesidad de una
casa en un lugar más céntrico.
Una vez más, la Providencia se hizo
presente, y el 7 de junio de 1935, Don Orione escribía
al P. Sterpi:
“Charitas
Christi urget nos! – Hoy, 1º viernes del mes consagrado al Corazón Santísimo de
Jesús, estoy feliz de darles la buena noticia que entre en la casa que la
Divina Providencia nos ha dado en Buenos Aires, como se darán cuenta por la
nueva dirección, a la cual, desde ahora en adelante enviaran la
correspondencia. El Arzobispo dio la más amplia bendición verbalmente y por
escrito. Será la sede central del Pequeño Cottolengo Argentino, no es muy
grande, pero es más que suficiente, en un lugar adaptado y tranquilo, con su
capilla, que es tanto linda como devota, no falta nada en la capilla y la casa:
la Divina Providencia pensó en todo por medio de una conocida señora, la Sra.
Damasa Saavedra, que el Santo Padre se digno a condecorar, en estos días, con
la cruz «pro Ecclesia et Pontifice». Deo
gratias: todos den gracias al Señor junto a mi”.
El
27 de junio de 1935, el Nuncio Apostólico, Mons. Felipe Cortesi, bendijo la
casa y la capilla, y Don Orione tomo posesión de la misma. Al día siguiente,
fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, Don Orione celebro misa allí por primera
vez. Así le escribía, nuevamente al P. Sterpi, pocos días después:
“La capilla
de esta Casa Central de Buenos Aires fue bendecida por S.E.R. el Sr. Nuncio Apostólico,
que nos conforta con su paterna bondad (…) Esta capilla es hermosa y muy
devota; la casa y la capilla se deben a la gran generosidad de la noble Sra.
Damasa Saavedra, que quiso pensar en todo, ofreció así casa y capilla con todos
los muebles y decoración necesarios. Celebre la primera misa en esta nueva casa
el 28 de junio, fiesta del Sagrado Corazón, y sobre el altar preside la estatua
del Sagrado Corazón”.
Aunque
desde sus inicios, la casa fue concebida con sede de gobierno, la misma recibió
a los primeros residentes del Cottolengo de Claypole:
“...El
ofrecimiento tiene mucha importancia: permite a Don Orione establecerse en la
ciudad (…) Y también le permite recoger a los primeros huéspedes del Pequeño
Cottolengo, pues el edificio de Claypole se está levantando, pero aún no está
techado. De este modo los primeros se ubican en la calle Carlos Pellegrini,
tanto más cuanto que la casa tiene lugar suficiente para los comienzos (...) un
ex-sacerdote; un muchacho sordomudo con la madre viuda y una hermana tuberculosa;
un niño de nueve años, huérfano de padre y abandonado por la madre, con el
brazo izquierdo inutilizado; una viejecita francesa, quizás protestante; un
viejo italiano despedido de una clínica que se queja porque está inutilizado
para cualquier trabajo y no tiene nadie en el mundo; un hombre de 46 años, con
la mano sin dedos…”
A
casi un mes de su apertura, el 25 de julio, el Mons. Copello, Arzobispo de
Buenos Aires (quien aun no era cardenal) bendecía a los seis primeros asistidos
del Pequeño Cottolengo de Claypole Argentino en dicha casa.
Con
el tiempo, la Casa de Carlos Pellegrini se convirtió en un “lugar de peregrinación”, para
obispos, sacerdotes, religiosos y laicos, ricos, pobres, desde simples amas de
casa y obreros hasta grandes empresarios, políticos, militares, diplomáticos,
etc; quienes iban a buscar una palabra, un consejo de Don Orione, presenciar su
misa, confesar sus faltas, pedirle una bendición, oraciones, u ofrecerle alguna
ayuda.
Aquella
vieja casa, tipo “chorizo”, continuo su actividad ininterrumpida de gobierno y
gestión hasta que un triste 17 de marzo de 1992, la embajada de Israel sufrió
un atentado terrorista que cobro la vida de 22 personas. Si bien, no hubo
víctimas, su estructura fue gravemente dañada, y con mucho dolor, debió ser.
El
13 de noviembre de 1996, al cumplirse el 75º aniversario de la llegada de Don
Orione a la Argentina, la Casa Provincial reabrió sus puertas. Presidió la misa
y bendijo la nueva capilla Mons. Mario Bergoglio, entonces obispo auxiliar de
Buenos Aires, hoy el Papa Francisco.
El entonces Mons. Mario Bergoglio, auxiliar de Buenos Aires, hoy Papa Francisco |
La arquitectura,
moderna pero muy sencilla, había cambiado el aspecto de aquella casa antigua y
tan llena de historia, pero su espíritu de fe y caridad seguía intacto.
Hoy,
la Casa Provincial sigue siendo sede de gobierno y administración, comunidad de
fe y caridad, y lo más importante, lugar de encuentro con Don Orione.