Este
episodio tiene como protagonista, además de Don Orione, al célebre Ignazio
Silone, el autor de “Uscita di sicurezza” y del célebre “Incontro con uno
strano prete”.
Secondo
Tranquilli, es éste el nombre verdadero del escritor, se encontraba en Roma
como estudiante, unos años después del famoso encuentro. Era Navidad y el
jovencito, huérfano a causa del terremoto de la Marsica, tenía un gran deseo de
pasar la jornada de una manera inusitada.
Una
vez hechos bien los cálculos, Secondo pensó que podía permitirse el lujo de
almorzar en un restaurante controlando muy bien lo que ordenaba, después de comparar
los precios de la lista. Se equivocó. Al llegar la cuenta constató que le
faltaban sesenta céntimos. Se enfurece el camarero. Se llega a un acuerdo. El
estudiante dejaría como empeño su capa que retiraría sólo después de saldar la
deuda contraída.
¿Cómo
hacer? Era Navidad... La abuela, única sobreviviente de la familia, estaba
lejos. Tiene una idea: “Don Orione para
mí es como la abuela! Tal vez se encuentre aquí en Roma, en Sant'Anna, muy
cerca de San Pedro y también del restaurante”.
Llamó
en la casa parroquial. Don Orione estaba, pero el portero no quería molestarlo
esa tarde festiva después del esfuerzo apostólico de la noche y de la mañana.
Diálogo agitado entre portero y jovencito. En ese momento Don Orione baja las
escaleras. Una amplia sonrisa, un cordial “¡Feliz
Navidad!” y luego, intuyendo el drama del muchacho, sin ni siquiera hacerlo
hablar, pone la mano en el bolsillo y la retira llena de monedas y con un gesto
natural las pone furtivamente en el bolsillo del saco del aturdido Secondo. Y
luego, sin un comentario sobre el gesto, la más cálida despedida.
Unos
minutos después el deudor estaba en la cantina para saldar la deuda. Le dio
veinte céntimos de propina al sorprendido camarero y también él con el mejor “¡Feliz Navidad!” se fue lleno de
alegría. “¡Sí, Don Orione es precisamente
como mi abuela!”
Fuente: "Florecillas de Don Orione" de Mons. Gemma.
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